Intercambio de Jóvenes: lazos de amistad para toda la vida

Por Ryan Hyland
Noticias de Rotary International — 24 de septiembre de 2010

Antonio Herrera se emociona mucho cada vez que se encuentra con el ex vicepresidente de RI Jerry Hall, su anfitrión en el programa de  Intercambio de Jóvenes de Rotary en 1980.

Herrera, quien entonces tenía a 16 años, salió de Chile y se hospedó con la familia Hall en Reno, Nevada, EE.UU. Al respecto, indica que jamás olvidará que Hall dedicaba un par de horas diarias a ayudarlo con los ejercicios de lectura cuando regresaba de clases.

«Me hacía leer los libros asignados en voz alta», recuerda Herrera. «Estaba decidido a brindarme toda la ayuda posible para que aprendiese inglés. Jerry y su familia me transmitieron valores fundamentales y me hicieron sentir que formaba parte de la familia. Por tal motivo, me emociona mucho volverlos a ver».

Herrera, vicerrector de una escuela de enseñanza media de Syracuse, Nueva York, EE.UU, se afilió al Club Rotario de Syracuse Sunrise en 2003. Aunque se ha visto obligado a solicitar una dispensa temporal de la obligación de asistir a las reuniones, insiste en la importancia de que los estudiantes de intercambio sigan vinculados con Rotary.

«El Intercambio de Jóvenes me abrió muchas puertas», afirma Herrera. «Y aprender otro idioma me ayudó a formarme como persona».

Hall señala que la experiencia resultó igualmente fructífera para las familias anfitrionas.

«La faceta prodigiosa de este programa es que uno aprende del estudiante y el estudiante aprende de uno», añade Hall, socio del Club Rotario de Reno. «Aunque provengamos de distintas partes del mundo y pertenezcamos a culturas diferentes, hay muchas cosas que tenemos en común”.

«Antonio era un joven serio y estudioso», expresa Hall. «Su curiosidad por conocer nuestra cultura era impresionante y siempre se le ocurrían las preguntas pertinentes».

Desde el intercambio de Herrera, Hall ha recibido a 13 estudiantes y nos comenta que cada uno de ellos ha enriquecido su vida notablemente.

«Siempre resulta alentador presenciar como los estudiantes maduran», indica. «El Intercambio de Jóvenes ofrece la oportunidad de marcar una verdadera diferencia en la vida de un joven».

«Lo más difícil es cuando el estudiante se nos va», señala Hall. «Es como cuando se va de casa un familiar. Los lazos que nos vinculan con el estudiante son muy profundos».

Hall cree que la faceta más importante del Intercambio de Jóvenes es la comunicación.»

«Las familias anfitrionas deben asegurarse de que el estudiante se sienta cómodo», afirma. «Es un programa excelente. Nos cambia la perspectiva. Vale la pena dedicar tiempo a aprender de otras culturas».

Treinta años después, los vínculos entre Hall y Herrera siguen siendo tan firmes como antes. Se encuentran ocasionalmente y hace poco tiempo se reunieron durante la Convención de RI en Montreal, Quebec, Canadá.

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